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domingo, 20 de noviembre de 2016

Grullas, gansos, patos y mucho más. Las lagunas de El Oso.

La pasada semana hice la primera visita de la temporada a uno de mis lugares favoritos para observar aves en invierno, las lagunas de El Oso, en la provincia de Ávila. Las grullas, gansos y diferentes especies de anátidas nunca fallan aquí, además de muchas otras especies que se pueden observar.

El día comenzó con una densa niebla, que por suerte poco a poco se fue abriendo, lo que me permitió disfrutar de una estupenda mañana de pajareo. Lo primero que pude ver, además de las anátidas que había en la laguna, fueron los ánsares (Anser anser) que pastaban en los campos circundantes.


Por allí cerca una garza real (Ardea cinerea) buscaba su desayuno, y tuve la suerte de ver cómo cazaba a un roedor de un tamaño considerable y se lo tragaba en un abrir y cerrar de ojos.




A medida que la niebla iba desapareciendo completamente, empezaron a aparecer ante el objetivo más bandos de gansos, avefrías (Vanellus vanellus), anátidas de diversas especies, gallinetas (Gallinula chloropus)... Y también por la vegetación cercana, varias especies de paseriformes como buitrón (Cisticola juncidis), petirrojo (Erithacus rubecula), ruiseñor bastardo (Cettia cetti) o gorrión molinero (Passer montanus), otro habitual de El Oso.


Avefrías

Gorrión molinero


Y pronto aparecieron también las estrellas del lugar, las magestuosas grullas (Grus grus) inundando todo con su estridente trompeteo.



En cuanto a las anátidas presentes en la laguna, observé ánade real (Anas platyrhynchos), la más abundante, cercetas (Anas crecca) también en buen número, silbones (Anas penelope), algunos patos cuchara (Anas clypeata) y un par de ánades rabudos (Anas acuta).














Imágenes y texto bajo licencia Creative Commons
Enrique Sampedro Miranda
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