La laguna del Oso se llena

Pues sí, la laguna se llena en todos los sentidos, tanto de agua como de aves. Da gusto que por fin hayan llegado las lluvias de forma constante, y ver cómo ha crecido la laguna en las últimas semanas. Este es el aspecto que presentaba este sábado.

Laguna de El Oso (Ávila)

Laguna de El Oso

Mi última visita había sido hace exactamente un mes (ver aquí), y en esta ocasión he podido comprobar cómo la superficie inundada es aproximadamente del doble que anteriormente. Como se puede apreciar en la segunda fotografía, el agua ha rebosado los límites del vaso principal (el más estable) inundando los campos adyacentes, que en las épocas secas permanecen vacíos, pero en épocas húmedas forman parte de la propia laguna. Aún queda mucho por inundar para verla es su mejor estado, pero va por muy buen camino, y ya se puede hablar de que está en muy buenas condiciones.

Después de esta breve introducción sobre el nivel de agua del humedal, vamos ya con los datos de las observaciones. Como decía, estuve por allí este fin de semana. Aprovechando que el viernes y el sábado asistí a las jornadas de medio ambiente que organiza el Ayuntamiento de El Oso (estupenda iniciativa), el segundo día de las jornadas (sábado) hice una visita a la laguna. Lo más destacado, y quizás el símbolo de la laguna, son las grullas (Grus grus). Yo conté alrededor de 300, pero me fui bastante antes de que comenzasen a llegar todas para dormir. Posteriormente en las jornadas, hablando con unos técnicos medioambientales de Caja Burgos que asistían a las mismas, me dijeron que ellos por la mañana habían contado unas 700, antes de que comenzasen a dispersarse por los campos cercanos para alimentarse.

Grullas en los campos circundantes a la laguna

Grullas sobrevolando la laguna

Otra de las especies destacadas en esta época son los ánsares (Anser anser), de los que conté 235.

Ánsares pastando en los campos aledaños a la laguna

Ya dentro de lo que es propiamente la laguna, lo más abundante son los azulones (Anas platyrhynchos), de los que había más de 300 ejemplares. Destacaba también el gran número cercetas (Anas crecca), con más de 150, y de patos cuchara  (Anas clypeata), que no pude contar, pero me atrevería a decir que más de un centenar. También había algún silbón (Anas penelope) y me pareció ver algún friso (Anas strepera) aunque fue mientras realizaba un conteo, y luego ya no volví a verlos, por lo que no es seguro.

Anátidas en El Oso.

En cuanto a otras especies, había también una gran cantidad de avefrías (Vanellus vanellus) y luego las rapaces que no fallan por la zona, como aguilucho lagunero (Circus aeruginosus), milano real (Milvus milvus) o ratonero (Buteo buteo), además de un gavilán (Accipiter nisus). En esta ocasión tampoco vi a la pareja de imperiales residente, aunque en las jornadas sí que comentaron haberlas visto por la mañana.

Y poco antes de irme, me llevé una sorpresa viendo una pareja de gaviotas reidoras (Larus ridibundus), algo que no es muy común por allí. En definitiva, una buena tarde de observación en un lugar al que siempre recomiendo visitar a aquellos que no lo conocen. Es un pequeño oasis lleno de vida en medio de la planicie morañega.

Imágenes y texto bajo licencia Creative Commons
Enrique Sampedro Miranda
Ría de Ribadeo: http://ria-de-ribadeo.blogspot.com