El Soto de las Juntas (Madrid)

Laguna del Soto de las Juntas

Aprovechando el fin de semana primaveral que ha hecho en Madrid, ayer por la mañana fui a hacer una ruta por el Soto de las Juntas, en el Parque Regional del Sureste. Como ya he comentado en anteriores ocasiones, el Parque Regional del Sureste es un parque natural que a pesar de estar sometido a una gran cantidad de amenazas, como la presión urbanística, la contaminación, las infraestructuras que lo rodean por todas partes, la excesiva actividad humana en su interior, etc., no deja de ser importante para muchas especies que encuentran cobijo en él, y muy especialmente las aves. La zona conocida como el Soto de las Juntas se forma por la unión de los ríos Jarama y Manzanares, que dejan en su interior una especie de península, que cuenta además con una laguna. La importancia de este lugar viene dada por  la variedad de ecosistemas que hay en tan reducido espacio, ya que además de la citada laguna interior, cuenta con la proximidad de otros humedales (laguna del Campillo o complejo lagunar de El Porcal), los dos ríos que bordean la península, el bosque de ribera o soto que da nombre al lugar, los cortados yesíferos que lo flanquean, e incluso plantaciones de cereal que ofrecen otro espacio a la biodiversidad.

Fuente: www.parquelineal.es

La ruta se inicia en el pequeño aparcamiento que hay en la Salida 19 de la A3, en Rivas Vaciamadrid. Hay que dejar el coche en él obligatoriamente, ya que está prohibido pasar de ahí, como además lo impide una valla al inicio de la ruta. Al comenzar a caminar lo primero que atravesamos es una estupenda zona de tarays, salpicada también con algunos saúcos, y un poco más adelante chopos y fresnos. Por allí comencé a observar ya a las primeras aves: golondrina (Hirundo rústica), colirrojo tizón (Phoenicurus ochrurus), mirlo (Turdus merula), ruiseñor bastardo (Cettia cetti), carbonero (Parus major), pájaro moscón (Remiz pendulinus), estornino negro (Sturnus unicolor), gorrión molinero (Passer montanus), gorrión chillón (Petronia petronia), verdecillo (Serinus serinus), jilguero (Carduelis carduelis) y triguero (Emberiza calandra). También escuché por allí a mis primeros abejarucos (Merops apiaster) de la temporada, aunque por más que buscaba, no conseguía verlos.

Panorámica al inicio de la ruta, en donde se aprecian las labores de reforestación

Río Manzanares

Verdecillo

Otras especies que también escuché fueron el cuco (Cuculus canorus), el pito real (Picus viridis), la abubilla (Upupa epops) y un escandaloso torcecuello (Jynx torquilla). A los dos primeros no pude verlos, pero sí a los dos segundos. Al torcecuello incluso conseguí fotografiarlo, aunque fue sólo una foto, sin mucha precisión, porque se escapó rápidamente sin dejarme retratarlo mejor.

Torcecuello (abajo) acompañado de un gorrión molinero (arriba)

Pasada esta primera zona, el camino se bifurca para rodear la laguna. Yo elegí el ramal de mi izquierda (al este) para tener el sol a favor cuando llegase a la laguna. Por aquí se circula a la orilla del río Jarama, por donde se pueden ir observando algunas aves acuáticas en su cauce como azulones (Anas platyrhynchos) y fochas (Fulica atra). También observé por aquí garza imperial (Ardea purpurea) y garza real (Ardea cinerea).

Garza real en el Jarama

Al llegar a la laguna podemos ir recorriendo los diferentes observatorios que hay emplazados a su orilla, y que nos servirán para tener una magnífica perspectiva de este interesante humedal, así como observar con facilidad las aves que alberga. Yo esta mañana vi ánade real, un pato colorado (Netta rufina), porrón común (Aythya ferina), zampullín chico (Tachybaptus ruficollis), somormujo lavanco (Podiceps cristatus), zampullín cuellinegro (Podiceps nigricollis), gallineta (Gallinula chloropus) y focha.

Zampullines cuellinegros

Focha

Somormujos (izquierda) y pato colorado (derecha)

Porrón común

Llegados a este punto, se puede optar por bordear la laguna por la zona sur, para continuar la ruta subiendo por su oeste, o continuar el camino que discurre pegado al Jarama para llegar al punto en donde se une con el Manzanares. Si se escoge la primera opción, la distancia total de la ruta será de unos 4,5 km., mientras que si se escoge la segunda, serán unos 6,5 km. Yo elegí esta última, ya que quería llegar hasta la confluencia de ambos ríos, y ver qué había por allí. De camino, se puede observar otra cosa muy intersante. Se trata de un nido, aunque en este caso no de aves, sino un nido de metralletas, que ha quedado semisepultado por el río, y es un vestigio de lo que en este paraje se vivió en la Guerra Civil, como fue la cruenta batalla del Jarama.

Pelusa de los álamos blancos

Ya en la "junta" de los dos ríos descubrí a varios de los abundantísimos milanos negros (Milvus migrans) reposando en las ramas de los árboles, así como, muy a lo lejos, a un martinete (Nycticorax nycticorax).

Milano negro

Martinete

El recorrido de vuelta lo hice, como decía, por el lado oeste, ahora junto al río Manzanares, y con el telón de fondo de los cortados yesíferos de Casa Eulogio. Estos cortados son un lugar perfecto para observar rapaces como los propios milanos reales, u otras como halcón peregrino o búho real, aunque yo tuve que conformarme con ver sólo a los primeros, así como alguna que otra cigüeña (Ciconia ciconia) de las muchas que hay por la zona.

Cortados de "Casa Eulogio" en el río Manzanares

Cigüeña

Siguiendo el camino de vuelta se vuelve a pasar por la laguna, ahora desde la otra orilla, y de nuevo por el soto y zona de tarays, en donde había escuchado a los abejarucos al iniciar la ruta. Y parece que éstos quisieron darme una alegría para despedirse de mi, ya que esta vez sí que se dejaron ver, posándose sobre un cable que había poco antes de llegar al aparcamiento.

Imágenes y texto bajo licencia Creative Commons
Enrique Sampedro Miranda
Ría de Ribadeo: www.riaderibadeo.com