Estamos a mediados de septiembre, y comienza uno de los mayores espectáculos de la naturaleza que podemos ver en la península, la berrea del ciervo. Y viviendo en Madrid, el mejor lugar para disfrutar de este espectáculo es sin duda el Monte de El Pardo.
El fin de semana estuve tirando de cartografía (querido SIGPAC) y de Google Maps, buscando una zona elevada y que me permitiese tener una buena panorámica de la mayor extensión posible de terreno. Tras valorar distintas opciones, finalmente me decidí por un punto que me parecía que podía ser bueno para observar los cérvidos que pastan y se mueven por la zona de máxima
protección, que por otro lado, se encuentra vallada. Así que el domingo al atardecer, la mejor hora para comprobar si ya había empezado la berrea, cogí los bártulos y me tiré al monte, concretamente, al Monte de El Pardo. Tras dejar el coche en un punto del que ya no se puede pasar, y darme una caminata, llegué a mi particular Meca, y en ese momento me quedé convencido de que había elegido el lugar perfecto.
Como podéis ver, la panorámica del monte es espectacular. El río Manzanares dibuja unos hermosos meandros hasta desembocar en el embalse del Pardo. A pesar de las escasísimas lluvias caídas en Madrid en los últimos meses, el cauce todavía mantiene agua. Pero hay muchas zonas secas a sus orillas en donde pastan corzos y gamos, los jabalíes buscan comida, los zorros merodean... Contemplar este paisaje y estas escenas de naturaleza me recordó, salvando las distancias, al Masai Mara, con el río Mara atravesando el paraje. Los ciervos pastando asemejaban los topis, impalas o gacelas que se alimentan en las llanuras del Masai Mara. Y me parecía que en cualquier momento una manada de cebras o ñues podría bajar por las escarpadas laderas del río para cruzarlo en estampida mientras algunos ejemplares eran devorados por los cocodrilos en las aguas, otros se ahogaban, y la mayoría conseguía llegar al otro lado.
Perdonadme la alucinación anterior, pero a uno que ha estado en Kenia, aquellas escenas no se le olvidan en la vida. Volviendo a Madrid, y al Monte de El Pardo, efectivamente la berrea ya ha comenzado. Era domingo y al día siguiente tocaba trabajar, así que no me quedé mucho tiempo, pero sí el suficiente como para escuchar los impresionantes berridos de los machos de ciervo cargados de testosterona. Sin embargo no pude fotografiar ninguno, ni siquiera verlo en condiciones, ya que no llevaba el telescopio. Eso será en mi próxima visita, ahora que ya conozco el terreno. Así que hoy os tendréis que conformar con las fotos de estas hembras de gamo.
Y cómo no, en un paraje como éste, además de mamíferos, hay también muchas aves. Entre otras que pasaron frente a mis prismáticos, buitres negros y leonados, águila culebrera, cigüeña negra, garza imperial, colirrojo real, collalba gris, o los enormes bandos de gaviotas que se desplazan al atardecer sobre los cielos de Madrid.
Esta fue una aproximación al terreno, que espero concretar en mi próxima visita a tiro fijo, y con la berrea ya en auge.
Saludos y hasta la próxima.
Imágenes y texto bajo licencia Creative Commons
Enrique Sampedro Miranda
Blog Ría de Ribadeo: www.riaderibadeo.com
Hola Enrique.
ResponderEliminarQue sitio más interesante te has "agenciado" xd, promete mucho al ser estratégico, quedaré expectante ante tu próxima entrada.
Un abrazo,
Rafa.
Sí, tengo muchas de volver pronto bien equipado con telescopio, y ahora ya a tiro fijo. Están empezando las lluvias en Madrid, así que la berrea estará en ebullición en los próximos días. A ver si puedo “cazar” algún venado. Cazar con nuestra arma, ya sabes, la cámara. Y si no, pues simplemente disfrutar del espectáculo.
ResponderEliminarUn abrazo Rafa