Del azul del Cantábrico he pasado a los amarillos y ocres de la meseta Castellana. Aunque éstos no son los únicos colores del campo en la comarca de La Moraña abulense durante la época estival. Los bosques de pinos ponen la nota verde, así como la cada vez más abundante presencia de cultivos de regadío, como maíz, remolacha, patata, alfalfa, achicoria… Si antiguamente el paisaje predominante eran los campos de cereal, actualmente en algunas zonas de la comarca esto ha cambiado. E indudablemente estos cambios no afectan sólo al paisaje, sino también, y de forma muy directa, a la biodiversidad de la zona. Campos que hasta ahora podían ser utilizados por determinadas especies de aves, como por ejemplo las denominadas aves esteparias, ahora ya no sirven para ellas. Pero por otro lado, aves que se asocian más a este tipo de cultivos, tienen ahora nuevas oportunidades de refugio y alimentación.
Campos de cultivo y Arévalo al fondo |
El cambio en los cultivos en la zona colindante a Aldeaseca, por donde me muevo, lo he percibido especialmente este verano, en donde he visto un notable incremento de la extensión del regadío. Esta transformación, que ya es un hecho, se debe al agua traída desde el embalse de las Cogotas, muy próximo a Ávila capital. Su construcción, y la de las posteriores infraestructuras (canalizaciones, tuberías, balsas de riego…) para llevar el agua a las alrededor de 7.500 hectáreas regables del norte de la provincia, ha llevado muchos años, pero finalmente es una realidad. El término municipal de Aldeaseca se encuentra en el límite de influencia de la zona de regadío de las Cogotas, que afecta al sur del municipio. El norte del mismo, separado por la carretera autonómica CL-605, ya está fuera de la zona de regadío. Y el contraste entre uno y otro lado de la carretera es muy notable.
Zona exenta de regadío con tierras y pinares |
El riego provoca que el agua sobrante, además de filtrarse al terreno (lo que ojalá tenga un impacto positivo sobre el maltrecho acuífero de Los Arenales), vaya a dar también a pequeñas charcas o balsas que hasta ahora sería impensable que tuviesen agua en esta época del año. Además de aves, de esta nueva fuente de agua se benefician también mamíferos, anfibios o insectos. Respecto a éstos últimos, por ejemplo, ahora se ven libélulas mucho más fácilmente, cuando antes había que ir a los escasos “labajos” que quedasen con agua. Y centrándonos ya en las aves, es también más fácil ver especies asociadas a ambientes húmedos. Es el caso de esta interesante charca que en años anteriores estaba vacía, y que este verano tiene una pequeña superficie de agua. En sus alrededores buscaban alimento una garza real (Ardea cinerea) y varias gallinetas (Gallinula chloropus). Pero además, había también tres ejemplares de andarríos chico (Actitis hypoleucos), que supone mi primera observación de la especie en la zona. El paso migratorio también se nota en el centro peninsular.
Charca en Aldeaseca |
Gallineta |
Andarríos chico |
Los pinares que quedan entre los campos, dejando ya al márgen si son de regadío o secano, son un lugar ideal para que aniden las rapaces. El que está al lado de la charca es un dormidero de milano negro (Milvus migrans). También observé este día por la zona un alcotán (Falco subbuteo) y los omnipresentes cernícalos, tanto el común (Falco tinnunculus) como el primilla (Falco naumani).
Las tierras que siguen quedando de secano o que están en barbecho, son utilizadas por las mencionadas anteriormente aves esteparias. Así, este día pude observar este pequeño bando de avutardas (Otis tarda), terreras (Calandrella brachydactyla) y cogujadas (Galerida cristata).
Bando de avutardas |
Avutarda |
Terreras comunes |
Cogujada |
Moviéndome entre maizales, tierras y pinares, fueron apareciendo otras especies comunes en la zona: perdices (Alectoris rufa), ratoneros (Buteo buteo), tórtolas (Streptopelia turtur), vencejos (Apus apus), abubillas (Upupa epops), agateadores (Certhia brachydactyla), rabilargos (Cyanopica cyanus)… También un aguilucho lagunero (Circus aeruginosus) que devoraba una presa.
Y poco antes del atardecer, para despedir la jornada, descubrí cómo me observaba un águila calzada (Hieraaetus pennatus) perchada en un pino.
Atardecer en Aldeaseca. El pueblo con la torre de su iglesia a la derecha y un pinar a la izquierda |
Pongo esta nota a posteriori de haber escrito este artículo, ya que me gustaría aclarar que no pretendo con él decir que el regadío sea beneficioso o perjudicial para la biodiversidad o el medio ambiente. Tras haber recibido un comentario y releer el artículo, creo que puede dar esta impresión, lo que no es mi intención. Precisamente comenzaba el mismo diciendo que estos cambios en el sistema agrícola pueden afectar muy directamente a numerosas especies que estaban adaptadas a otro tipo de cultivos. Por el contrario, otras se beneficiarán. Por otro lado, el agua traída de las Cogotas puede afectar positivamente al acuífero de Los Arenales, al dejar de extraerse de muchas perforaciones, como se hacía hasta ahora exclusivamente. Es previsible que el acuífero invierta su tendencia negativa (algún agricultor me ha comentado que esto ya es claramente apreciable en los niveles de los pozos). Pero también es cierto que estos cultivos traerán consigo el uso de otros químicos que pueden afectar a sus aguas. En definitiva, son muchos los factores que hay que evaluar, y más a largo plazo, por lo que no estoy yo en condiciones de hacerlo aquí y ahora. Lo que pretendo es simplemente reflejar estos cambios que estoy notando en la zona.
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Enrique Sampedro Miranda
Blog Ría de Ribadeo: www.riaderibadeo.com