Hace meses que vengo dándole vueltas a la idea de colaborar en el "III Atlas de aves en época reproductora en España, 2014-2017", o como se le conoce coloquialmente, el Atlas de Primavera de la SEO. Según recoge la propia organización, los objetivos de este trabajo son conocer la distribución y abundancia de todas las especies de aves presentes en época reproductora en España, con metodología homogénea para todo el territorio y para un periodo corto de años. Para poder realizar este detallado estudio se requiere de la participación de una gran cantidad de voluntarios, repartidos por toda la geografía, ya que se ha dividido el territorio estatal en cuadrículas de 10x10 km. Éstas han de ser estudiadas, según una metodología científica preestablecida, durante el periodo de 4 años que dura el estudio (aunque la metodología permite variaciones en este punto). Pues bien, mis principales dudas resultaban de mi particular situación "in intinere" entre Galicia, Ávila y Madrid, lugares entre los que me muevo contínuamente. Tras darle muchas vueltas y valorar los diferentes pros y contras de cada uno, opté por buscar una cuadrícula libre (que no estuviese ya asignada a ningún colaborador) en la Comunidad de Madrid. Y una vez tomada esta decisión, enseguida tuve claro cuál era la cuadrícula que quería. Así que entré en la aplicación de la SEO, la busqué para saber su situación, y ¡bingo!, estaba libre. El lugar en cuestión está situado en el suroeste de la Comunidad de Madrid, abarcando gran parte del municipio de Batres y otros colindantes. Es una zona que me enamoró desde el día que la visité por primera vez (gracias a las indicaciones de Miguel Cañada y Elena Martín). Desde esa visita he acudido allí en numerosas ocasiones, y he escrito también un par de entradas en el blog sobre ello (ver entradas). Así que tenía claro que esta era la cuadrícula que quería. Pero antes de reservarla definitivamente, quería ir una vez más al lugar, ya que conocía una parte de esos 100 km² de territorio que abarca la cuadrícula, pero me faltaba por ver con mis propios ojos el resto. Y digo con mis propios ojos, porque a través de mapas e imágenes satélite ya me la había estudiado.
El lugar elegido, en el suroeste de Madrid |
Gran parte de la cuadrícula se encuentra dentro del Parque Regional del Curso Medio del Río Guadarrama y su entorno, y una buena zona dentro del área de máxima protección. Esta parte que me faltaba por conocer es el denominado Monte de Batres, un espacio bastante bien conservado de bosque mediterráneo, flanqueado por el río Guadarrama a un lado y cultivos de secano al otro. Así que en un reducidísimo espacio de kilómetros se puede contemplar una increíble variabilidad de ecosistemas, lo que sin duda conlleva la existencia de una gran biodiversidad.
Comencé mi prospección sobre el terreno por el propio Monte de Batres, un bosque de encinas (Quercus ilex) que como pude comprobar, tienen ya sus bellotas completamente formadas y listas para madurar.
En torno a las encinas abundan las plantas propias del bosque mediterráneo, como la jara (Cistus ladanifer). Por allí cerca pude apreciar unos rastros de jabalí.
Jara |
Desde la cota más alta del pequeño monte, mirando hacia el sureste, se pueden observar unas hermosas vistas del encinar, que en primer término es denso y poblado, para ir poco a poco dando paso a una estructura adehesada y finalmente dejar el dominio a los cultivos de secano. Cada una de estas zonas es el hábitat de diferentes especies de aves, que espero tener la oportunidad de ir descubriendo poco a poco (rapaces, esteparias, etc.).
Sin tiempo para parar mucho, lo que observé por aquí fueron varias currucas capirotadas (Sylvia antricapilla), curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala), avión común (Delichon urbicon), pito real (Picus viridis), ratonero (Buteo buteo), milano real (Milvus milvus), paloma torcaz (Columba palumbus)...
Del otro lado del monte, hacia el oeste, se contempla otra no menos interesante panorámica. En primer lugar existen varios cortados, como este de la Cárcava del Arenal, en donde habitan numerosas aves rupícolas (roqueros, vencejos, abejarucos...). Y abajo, a pocos centenares de metros, el río Guadarrama y su ribera, que dan cobijo a otro sinfín de especies distintas.
Se me hace la boca agua pensando en la riqueza ornitológica del lugar, ya que como decía antes, esta variabilidad de hábitats hace que aquí viva una gran diversidad de especies, de las que no voy a ser yo el descubridor ni mucho menos, puesto que ya se sabe de su presencia.
Tras esta primera prospección del Monte de Batres, bajé a dar una vuelta por los campos de cereal colindantes, que tampoco había visitado anteriormente, y lo que me encontré fue algo muy familiar para mí, acostumbrado a visitar asiduamente la meseta castellana.
Por aquí pude observar numerosos trigueros (Emberiza calandra), alcaudón real (Lanus meridionalis), cernícalo (Falco tinnunculus) y cogujada montesina (Galerida theklae).
Cogujada montesina |
Y por si fuera poco el potencial del área, entre los campos y el monte existe un primillar colocado por la asociación Grefa para facilitarles un refugio a los cernícalos primilla (Falco naumani) que pasan aquí el verano.
Primillar |
En definitiva, tras lo que conocía de Batres, y esta visita a lugares que no conocía, no me quedó ninguna duda de que esta sería mi cuadrícula. Ya estoy registrado como colaborador y la tengo asignada. Así que seguiré hablándoos de este interesantísimo lugar en futuras ocasiones.
Imágenes y texto bajo licencia Creative Commons
Enrique Sampedro Miranda
Blog Ría de Ribadeo: www.riaderibadeo.com