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martes, 19 de noviembre de 2024

Por la Sierra de Gredos




No cabe duda de que el otoño es una de las mejores épocas para salir al campo. Después de los rigores del verano, y con la llegada de las lluvias y los primeros fríos, la naturaleza se prepara para el invierno. Así, los ríos comienzan a ganar caudal, los bosques caducifolios se tiñen de color, y nuevas aves llegan a nuestros territorios. Pero además, esta época se caracteriza por bruscas variaciones climatológicas, pudiendo pasar en muy breve espacio de tiempo, de días de calor, a otros de frío, o incluso intenso frío. Y esto último fue lo que nos ocurrió precisamente a nosotros a finales del mes de octubre, cuando nos fuimos a pasar el fin de semana a la Sierra de Gredos. En sólo seis días, pasamos de estar a veintimuchos grados bañándonos en una playa del mediterráneo (el fin de semana anterior) a que nos cayese una nevada en el Sistema Central. Así, tal cual os lo cuento.

Este día, nuestra intención era hacer la clásica ruta que, partiendo de la Plataforma de Gredos, llega hasta la Laguna Grande, en en circo glaciar de Gredos. La mañana amaneció prometedora, e iniciamos la caminata acompañados de un tímido sol que conseguía traspasar una fina capa de nubes altas.



Sin embargo, y a pesar del sol, la escarcha y las placas de hielo daban testimonio de lo gélida que había sido la noche por aquí. Algo bastante inusual para las fechas...






Poco a poco fuimos haciendo camino y ganando altura. Y cuando nos encontrábamos ya subiendo hacia el Alto de los Barrerones, de pronto todo cambió. Como pasa tantas veces en la montaña, en cuestión de minutos las condiciones pueden dar un giro radical, y eso fue lo que ocurrió ese día. Un espeso manto de nubes empezó a cubrirlo todo, y pronto empezó a precipitar. Debido a la altitud y al temprano frío de esos días (apenas 2 grados de temperatura en zonas más bajas a la que estábamos) todo lo que caía por allí era en forma de nieve. 




Una estampa preciosa, la verdad, pero no las mejores condiciones para hacer una ruta en familia con una niña. Por lo que después de esperar un rato por si era algo pasajero, y viendo que no lo era, decidimos darnos la vuelta.

Todos los inviernos nos gusta ir a la montaña a disfrutar de la nieve algún día. Pero quién nos iba a decir a nosotros que este fin de semana de octubre sería el primero de nieve este año...

Como en la ruta de la Laguna Grande invertimos mucho menos tiempo de lo esperado, por la tarde nos sobró tiempo para hacer otra pequeña ruta en una zona más baja, cerca de Hoyos del Espino, que fue nuestro "campo base" durante el fin de semana. Fue una ruta caminando a orillas del Río Tormes, desde el Puente del Duque, hasta Las Chorreras. 



Al poco de comenzar la ruta pasamos por el el Pino del Rey, árbol singular que acogió bajo sus ramas la visita del Rey Alfonso XIII a la zona en el año 1911. Y así, entre pinos y prados de montaña transcurrió nuestro camino hasta llegar a Las Chorreras, que como su nombre indica, es una zona donde el río Tormes tiene varios saltos de agua que van formando hermosas pozas y rincones. 



Nos gustaron mucho también las ruinas de antiguos molinos que muestran el aprovechamiento que se hacía del agua en tiempos pasados. Sonsoles me dice que soy un "detector" de ruinas de molino.

Al día siguiente hicimos otra ruta a orillas de un río, en este caso la ruta de la Garganta de Valdeascas,  en Navarredonda de Gredos. También una ruta preciosa por este afluente del Tormes, cuyo nacimiento está a unos escasos tres kilómetros de aquí. A diferencia de la ruta del día anterior, esta era por una zona más escarpada y menos arbolada, pero también muy bonita, llena de pozas y saltos de agua que nos acompañaban en todo momento.







Un estupendo fin de semana en familia y en la naturaleza. Qué más se puede pedir...

Saludos y hasta la próxima.

Imágenes y texto bajo licencia Creative Commons

Enrique Sampedro Miranda

Blog Ría de Ribadeo: www.riaderibadeo.com


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